Pozos y Galerías
Los seres humanos han almacenado y distribuida agua durante siglos, desde las primeras técnicas de almacenaje, limpieza y distribución hasta las infraestructuras y tecnologías actuales para el tratamiento, reciclado y depuración de aguas, ha transcurrido una larga historia.
Los Romanos fueron los primeros en diseñar un sistema de canalización, haciéndolo subterráneo y recubriéndolo con bóvedas; la obra fue bastante importante, ya que recogía el agua de las crecidas del río y de los torrentes de lluvia, al tiempo que evacuaba las inmundicias de las ciudades.
La importancia de mantener los pozos y galerías, con sus fábricas de ladrillo en buen estado, enfoscados y bruñidos en sus interiores, así como las pendientes adecuadas para la evacuación de las aguas residuales, es básico para el buen funcionamiento de los desagües de los edificios y poder evitar posibles asentamientos en las zonas estructurales, por el vertido de aguas sucias al terreno.
Los operarios de pocería responsables de este tipo de actuaciones, en adelante cuadrilla, son tres. Uno de ellos será el maestro u oficial pocero, los otros dos serán sus ayudantes en las labores que designe, normalmente cargar los materiales procedentes de la mina, atender las demandas y aportar los materiales necesarios en la fase de construcción que indique el maestro.
Trabajo y oficio duro, muchas veces trasladado de generación en generación, para construir la red visitable que conforma el alcantarillado de la ciudad de Madrid. Entramado oculto y poco conocido, pero con historia, trabajo de muchos, objeto de estudio y admiración de otros tantos y con un valor operativo incalculable.
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